El beso francés

En realidad no necesito dar un concepto de lo que un beso es; no creo estar exagerando cuando digo que TODOS lo hemos experimentado, ya sea en un saludo con alguna persona o en una muestra de cariño con tu pareja, todos alguna vez hemos besado o recibido un beso. La historia del beso es tan larga como la del hombre mismo. Desde comienzos surgió como una forma de dar afecto, pero también tomó el significado de traición, como el que da Judas a Jesús; el de codicia, el de Jacob a Isaac; el mágico, cuando los padres escoceses daban un beso en la boca a las hijas después de la ceremonia del casamiento a manera de bendición;el ridículo, como el de los ingleses que, al entrar a la casa de un anfitrión, saludaban a todos los residentes, ah sí, incluidos el perro y gato; y hasta el prohibido, que se puso -o mejor dicho no se puso- de moda en la Revolución Industrial, no se podía dar esta muestra de afecto en público [pero qué infelices eh!]

Existen diferentes tipos de besos, dependiendo del lugar dónde se reciban y la manera cómo se hagan. Está el beso normal, en la mano, en la mejilla, el piquito, el esquimal, y uno de los más eróticos, el francés. Pero... ¿es en realidad de Francia? Muchas personas alrededor del mundo y a lo largo del tiempo han besado de esta particular forma, introduciendo de una sexy manera su lengua dentro de la boca de la persona a la que está besando y hasta pudiendo juguetear con la lengua de él o ella. Entonces, ¿por qué francés? Pues simplemente porque ellos lo patentaron primero [vaya pendejada!]. Parece que allá en Francia el besar es un deporte, con mucho desgaste por cierto, ya que si bien en un beso normal se usan 12 músculos, en el beso de estilo francés la lengua aporta 5 de sus 17 músculos para darle cierta sazón. Cuando una de estas demostraciones hechas por una pareja parisina se inmortalizó con la cámara de Robert Doisneau en 1950 [fijense qué joven es el nombre de este apasionado beso!] fue que el apodo empezó a singularizar el ósculo. Sepan que fue todo un hito esta fotografía, debido a que en 1995 al ser subastada, se vendió en nada más y nada menos que 239 mil dólares!!!

Pues no todo es sensualidad con este beso, eh, también tenemos la parte aburrida biológica. Uno de estos besos puede aumentar los latidos del corazón hasta 150 por minuto; estimula la parte del cerebro que libera la oxitocina [sustancia influyente, entre otras cosas, del enamoramiento y el orgasmo]; y provocar un aumento de la adrenalina en la sangre.

No creo que exista conocer a una persona que no disfrute del beso francés, pero si hay, pues ¡¿qué carajos piensan?! Están muy cagados del cerebro.

*Artículo dedicado a mi compañera de clases, Tata =D.