La piromanía... huele a quemado...

Al igual que la ludopatía, cleptomanía y mitomanía, la piromanía es un trastorno del control de los impulsos. Los pirómanos tienen una gran fijación por el fuego [piros=fuego, duh]. Pero este interés no solo es el de producirlo, sino también de observarlo, apagarlo y demás cosas relacionadas con este [parques y estaciones de bomberos, el verano, etc. Pues sí que son unos frikis, eh!]. Lo que sucede con ellos es que mientras provocan un incendio por ejemplo, sienten gran alivio o placer; a pesar de esto, no hay que confundirlos con los incendiarios, nuestros calentones amigos no buscan móviles económicos en sus fuegos, sino simplemente satisfacer su morboso apetito de incendios y de las situaciones afines.

Los pirómanos, según el perfil psicológico, son personas que no llaman mucho la atención por alguna actividad, andan solos y tienen un semblante triste. Estos sentimientos pueden luego variar, y convertirse en ira, con lo que pueden llevarlos a iniciar un incendio. Otra variación puede ser la del “factor héroe”, es decir que pueden llegar a ganar reconocimiento salvando víctimas o hasta apagando un incendio que, sin los demás saberlo, ellos mismos provocaron [¿Alguna vez han conocido a un bombero pirómano?].

Tratamiento exacto para este trastorno, no existe; la hipnosis puede ser de alguna ayuda, pero si no funciona, no es buena idea el insistir –no querrán una casa en llamas, ¿no?- Claro que también puedes amarrar al pirómano a una cama y cada vez que le enseñes una caja de fósforos se le pasa electroshock, pero es más probable que el quemado no sea tu edificio de residencia, sino tú.

Este dibujo lo hizo su blogger olvidadiza, espero les guste [No soy de pintar, así que tengan compasión], con ustedes, la señorita Candela.